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Año nuevo, vida nueva

Bueno, volvemos a enfrentarnos al inicio de una nueva etapa, nuevos propósitos, compromisos, etc. pero ¿por qué precisamente tenemos que esperar hasta este momento para repensar el curso que le damos a nuestra vida? Sí, es válido ver el comienzo de un nuevo ciclo como la oportunidad perfecta para evaluar lo que se ha hecho y trazar nuevas metas pero ¿y si ya mañana no estamos para seguir luchando por lo que queremos? Sin duda esta es una visión fatalista, sin embargo, no resulta del todo descabellada. A lo que voy con esta extraña reflexión es que cada día de nuestra vida debería ser el momento indicado para plantear resoluciones, para saber en qué se ha fallado y corregirlo, para tratar de ir más adelante y para seguir definiendo nuestro camino.

Terminar el día haciendo un balance de lo que se hizo, cómo se hizo y aquello que se dejó de hacer me resulta un gran ejercicio que permitirá comenzar con el pie derecho el día siguiente. De igual forma, abrir los ojos y comenzar por establecer unas metas para ese día es la mejor forma de encarar las nuevas experiencias y de trabajar con disciplina y con plena seguridad de que se sabe lo que se quiere. Tal vez muchos pensarán que el destino nos ofrece algo diferente para cada día y que parte de vivir la vida plenamente se debe a no tener planes de ningún tipo; pues bien, sí, tienen razón aunque lo que aquí propongo no son más que pequeñas actividades que servirán para evitar errores y para contribuir a ser cada vez mejor.

Revisar con ojo crítico lo que se hizo durante el día permite no sólo identificar falencias – que pueden resultar constantes – en nuestro accionar sino también qué tanto se está trabajando por conseguir lo que se quiere y cuál es el nivel de compromiso con esa causa. De igual forma, comenzar el día teniendo muy claro lo que se quiere lograr es caminar paso a paso hacia las grandes metas que se han propuesto y estar de alguna u otra forma preparado para lo que podría llegar a ocurrir.

Amigos, cada quien sabe cómo desea vivir su vida y qué hace para lograr lo que se ha propuesto. A algunos les funcionan a la perfección ciertas estrategias cuando para otros resultan desastrosas. Mi invitación es a probar con un poco de orden, claridad y compromiso pero sin dejar de disfrutar y de aprender de los desafíos a los que diariamente nos enfrentamos.

Reciban este nuevo año con la mejor energía y disposición y que la luz nunca falte en sus caminos ¡Feliz 2012!