Parece increíble que un juego que evoca pasiones, que suele convertirse en fiesta y donde la gente se reúne a celebrar, termine siendo el escenario de intolerancias, peleas, conductas reprobables y actos racistas. El fútbol, reconocido como el deporte más bonito del mundo, convoca una gran cantidad de espectadores de todas las edades, condiciones sociales, creencias religiosas, etnias y nacionalidades que ven en los profesionales del palompié un modelo a seguir y que – en ocasiones – no se detiene a reflexionar antes de reproducir las acciones que estos atletas dejan ver a través de los televisores o los estadios de todo el mundo ¿Por qué digo que los chicos malos también juegan fútbol? Lo verán a continuación con la reseña de recientes escándalos que han conmocionado al mundo.

Lucho Suárez Vs. Patrice Evra

Todo comenzó cuando el jugador francés que milita en el Manchester United manifestó haber recibido insultos racistas por parte del delantero uruguayo durante un encuentro deportivo, lo que le costó a Luis Suárez la expulsión y una suspensión por ocho fechas además, por supuesto, de innumerables titulares en los medios deportivos del mundo y el rechazo de hinchas y personalidades del fútbol.

El pasado 11 de febrero, en un encuentro de la Premier League de Inglaterra, los dos jugadores se cruzaron de nuevo en el campo de fútbol donde ocurrió un nuevo incidente; Suarez se negó a darle la mano a Evra durante el tradicional saludo antes del inicio del juego, demostrando así su soberbia y antipatía. A continuación se reavivó la polémica y se abrieron debates en todo el mundo respecto a la actitud del uruguayo y las medidas de las asociaciones de fútbol para prevenir y sancionar este tipo de sucesos.

Diversos medios hablaron sobre el espaldarazo que le dio el Liverpool a Luis Suárez por lo cual clubes como el Paris Saint Germain planeaban ficharlo para el verano del año en curso; otros hablaron sobre el apoyo que recibió el delantero por parte de sus compañeros de la Selección y dirigentes deportivos uruguayos mientras que algunos otros acudieron a ‘Lucho’ para conocer su opinión respecto a todo lo que había pasado.

Sí, es inadmisible que una persona tan reconocida como Luis Suárez discrimine a un compañero por su color de piel. Ni siquiera la ‘calentura’ del juego lo justifica; su comportamiento es reprochable aún más cuando él es una personalidad pública seguida por innumerables niños y jóvenes del mundo. Haber llamado «negro» a Patrice Evra despectivamente deja mucho que pensar de él como persona y de sus compatriotas quienes, sin dudarlo, lo han respaldado ¿qué más se puede pensar de alguien que aprueba comentarios racistas?

Cabe resaltar que en declaraciones con los medios, Suárez afirmó también haber recibido insultos por parte de Evra quien lo llamó «sudaca» de forma grosera. No obstante, haber sido agredido verbalmente no es una excusa para responder de la misma forma ni mucho menos para demostrar un comportamiento intolerante y anti-deportivo al negarse a estrechar la mano de su rival. El ideal, en el caso Suárez – Evra era pedir disculpas públicas – y sinceras – a su compañero y al mundo, además de seguir los parámetros éticos de la FIFA que rechazan el racismo y apelan al juego limpio.

Ahora bien, respecto a la forma como se llevó el caso por parte de la Asociación de Fútbol Inglesa, debo decir que no me parece justo que se sancione a una persona sin que se cuenten con las pruebas suficientes que confirmen su culpabilidad. Como lo han dicho varios medios de comunicación, la acusación de Patrice Evra no fue soportada por imágenes en video o el testimonio de otras personas presentes aquel día en la cancha que afirmen haber escuchado a Luis Suárez insultar al francés. No es suficiente la palabra de una persona para condenar a otra; Suárez debió recibir el beneficio de la duda y los dirigentes ingleses debieron hacer una investigación exhaustiva. Así las cosas ¿es entonces Luis Suárez un chico malo que también juega fútbol?

Recientemente el delantero uruguayo Diego Forlán, compañero de Luis Suárez en la Selección, afirmó a través de su cuenta en Twitter que no cree que la acusación de Evra sera verídica pues conoce muy bien a su compañero y no ha observado en él actitudes relacionadas con el racismo. Teniendo en cuenta que Diego militó junto al francés en el Manchester United  ¿estamos entonces reconociendo a un mentiroso y no a un racista? El incidente presentado en el último encuentro entre dos de los más importantes clubes ingleses en el que Suárez se negó a estrechar la mano de Evra demostrando así su enojo, puede ser la prueba fehaciente del descontento del uruguayo pues su caso no tuvo el ‘debido proceso’ y del mal manejo que del incidente hicieron las autoridades futbolísticas de Inglaterra.

Como hincha del fútbol espero que las partes involucradas en el caso Suárez – Evra tengan la oportunidad de manifestarse públicamente y se puedan contrastar las diversas versiones de lo ocurrido, solo así se podrán sacar conclusiones. De igual forma, espero que tanto la Asociación de Fútbol Inglesa como los demás organismos de su tipo en el mundo creen – o en el mejor de los casos, hagan valer – su código de ética y estudien con rigor los casos disciplinarios que se les presenten.

La sucesión de errores de John Terry

Muchos pensábamos que la rudeza del defensa del Chelsea sólo era parte de una estrategia de juego para desestabilizar a los rivales, sin embargo, todo eso cambió al conocerse el escándalo que lo envolvió a él y a su entonces mejor amigo, Wayne Bridge. Los medios de comunicación británicos dieron a conocer la noticia de la infidelidad de Terry con la esposa de su mejor amigo y dejaron a todo el mundo con la boca abierta; era increíble la canallada que el inglés había cometido.

Tras ser la propia esposa de Bridge quien difundió la historia en 2010, el defensa cambió de equipo y renunció a la Selección Inglesa. Así mismo y como un hecho que causó revuelo en la prensa, al reencontrarse con Terry en un partido entre el Manchester City y el Chelsea optó por no darle la mano dando así por terminada una amistad anteriormente reconocida por su solidez y trayectoria.

En octubre de 2011 nuevamente John Terry vuelve a hacer de las suyas pero con mayores repercusiones. Esta vez profirió insultos racistas en contra de Anton Ferdinand, jugador del Queens Park Rangers y hermano del defensa del Manchester United, Rio Ferdinand. Tras presentarse el incidente, la fiscalía inglesa presentó cargos en contra de Terry por alteración del orden público con agravio racial mientras que la Federación de Fútbol Inglesa decidió quitarle la capitanía de la Selección. Esta última sanción no fue del agrado del entonces Director Técnico de dicha Selección, el italiano Fabio Capello, quien presentó su renuncia.

¿Cuándo habrá pasado lo suficiente para que John Terry deje de hacer travesuras? Parece como si el hombre es inmune a las emociones, como si lastimar a la gente que está a su alrededor no le afecta, como si le importase tan poco el fútbol que no fuese capaz de acatar las reglas que en este deporte han sido establecidas. Sin duda la vida cambió completamente para su familia y la de su ex mejor amigo tras la infidelidad que él cometió con la esposa de éste pero también mucho cambió en el fútbol. Seguramente varios de sus compañeros en el Chelsea le perdieron confianza y respeto además de una gran cantidad de hinchas británicos y del resto del mundo que no tuvieron reparo a la hora de chiflarlo en los encuentros futbolísticos en los que participó.

Ni qué decir entonces de lo mucho que cambió tras los recientes acontecimientos. La partida de Capello de la Selección Inglesa desestabiliza a un equipo que no se ha desempeñado notablemente en los últimos torneos que ha disputado y que se prepara para participar en la Eurocopa en el verano. No sería entonces tan descabellado decir que una mala actuación de dicha Selección se debe, en parte, a la mala actitud de su otrora capitán.

Algo que sin duda se debe resaltar de todo lo que ha sucedido y que tiene que ver con John Terry es la intervención de las autoridades inglesas en aras de sancionar a un jugador que trató un tema espinoso para los habitantes de ese país europeo, el racismo. En diversas ocasiones se ha visto cómo en el fútbol pasan por alto graves agresiones entre futbolistas que en últimas contribuyen a la generación de conflictos entre los hinchas, ver cómo se intensifican los castigos y trascienden la hegemonía de las autoridades futbolísticas da cuenta del compromiso de los gobiernos alrededor del mundo por prevenir y acabar con las conductas anti-éticas en los deportes.

Teófilo Gutierrez contra el mundo

Reconocido más por los problemas que tiene con sus compañeros de club que por los logros que consigue en el fútbol argentino, ‘Teo’ Gutiérrez es uno de los chicos malos que también juegan fútbol. Además de su indisciplina demostrada al no presentarse a tiempo a los entrenos, se suman sus encontrones – que han llegado hasta los puños – con algunos compañeros del Racing Club de Avellaneda y con otros futbolistas en encuentros deportivos.

En dos oportunidades los entrenamientos del Racing terminaron en enfrentamientos protagonizados por ‘Teo’ quien prefirió confrontar e insultar a sus compañeros Mauro Dobler y Gonzalo Espinoza que concertar por la vía del diálogo. Así mismo, el delantero colombiano ha llevado su mala actitud al campo de juego donde ha sido enfrentado, entre otros, por Gabriel Milito defensa de Independiente.

Aunque la hinchada lo apoya por sus buenas actuaciones con la camiseta azul y algunas personalidades del fútbol como Juan Román Riquelme y José Luis Chilavert  lo respaldan, la mala fama de Teófilo es bien conocida en todo el mundo gracias a la amplia difusión que de ella han hecho los medios de comunicación. Cada semana el barranquillero da de qué hablar ya sea por los incidentes que protagoniza o por las declaraciones que da a la prensa.

Según ha precisado ‘Teo’ su altanería se debe a una estrategia para desestabilizar sus contrarios en el campo de juego y llegar más fácil al triunfo. Sea cierto o no esto, la realidad es que la actitud del colombiano deja muy mal parados a sus compatriotas ante los argentinos y ante el mundo, además, es un muy mal ejemplo para los juveniles que apenas inician en el fútbol y toda la hinchada que ve en la indisciplina la vía más adecuada para la resolución de los problemas en las canchas y, por qué no, en la vida misma.

Lo más indicado para Teófilo Gutiérrez y su carrera futbolística es destacarse por la disciplina y la constancia, características propias de grandes jugadores que han dejado su huella en ligas deportivas como la española, la italiana y la inglesa. De igual forma, un comportamiento conciliador en el campo de juego es el mejor ejemplo que el delantero de Racing – y en general todos los futbolistas – le pueden dar al mundo al ser personajes públicos y modelos a seguir. Los jugadores de fútbol argentinos y la hinchada de ese país, por su parte, deberían acoger a los extranjeros que dejan todo en la cancha con tal de llenar de alegría a la gente que acude a los estadios o sigue los encuentros futbolísticos por radio y televisión. Si bien no es fácil ser un profeta en otra tierra, la amabilidad y cordialidad harían mucho más sencillas las cosas para que jugadores como Teófilo Gutiérrez se dediquen a hacer magia con el balón y no a formar peleas o causar polémicas.